Si compra un casco nuevo, destruya el viejo para asegurarse de que no se pueda reutilizar. No venda ni regale su casco viejo, incluso si no ha sido dañado. Con el tiempo, la espuma protectora en el casco se ajustará a los contornos de su cabeza. Si alguien más usa este casco, no les proporcionará tanta protección.